Mañana serán seis. Seis años sin él. Pero seis años con él en la cabeza y en el corazón, más intensamente que los veintidós que estuvo a mi lado.
Somos gilipollas.
Al final, entiendes que las frases típicas son típicas porque los humanos pecamos de típicos. «No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes», «arrepiéntete de lo que hagas y no de lo que no hagas»… Es una mierda quedarse con eso. Pero hay días en los que la culpa se convierte en la protagonista de la jornada y los sinsabores en los actores secundarios. Por suerte son los menos… pero duelen.
Aún me parece verlo por la calle. Aún cojo el teléfono para llamarlo y contarle algo. Aún miro su ventana para ver si está la luz encendida.
Y aún le echamos cojones igual que se los echó él.
No le dé más vueltas. Va a empezar con que «si hubiera estado», «si no hubiera estado»… Va a tener mil pasados y ningún futuro.
El secreto de sus ojos.
Lo siento muchísimo caniji.
Muak 🙂
Bsitooos guapaaa!!!!