Somos lo que tenemos por dentro. Somos lo que vemos. Somos lo que oímos. Somos lo que nos gusta. Tratamos de no ser lo que no nos gusta.
Nos pasamos la vida siendo más de algo o menos de otra cosa. Aprendiendo. Cambiando… o intentando cambiar.
O intentando creer que cambiamos.
Pero hay cosas que nos vienen de serie.
Buenas y malas, y, para mí, todas maravillosas por regalarme recuerdos reflejados en otra persona. Recuerdos de ayer que vuelven a ocurrir hoy, aunque solo sea por unos instantes.
Benditos instantes.